Por suerte no todos somos iguales y a mí me toco ser ese loco que prepara su mochila solo con lo indispensable, ropa, carpa, bolsa de dormir y algunas otras cositas nada más. Un poco por placer y otro poco como crecimiento personal uno se lanza al mundo, a sus caminos algunos de tierra otros de asfalto, cuesta arriba o en picada un pie acompaña al otro hacia nuestro destino.
Creo que viajar así representa mucho a lo que es la vida. Uno va cargando nuestra mochila con cosas útiles e intenta dejar de lado todo aquello que al final sea solo una molestia. Esas cosas que si bien al principio suenan tentadoras (como la planchita de pelo para tener siempre arreglada mi larga cabellera jeje) en medio del camino uno termina sintiendo ese peso. Tal vez parezca algo chiquito a la hora de meterlo en la mochila pero si cada vez que salimos sumamos una de esas cosas chiquitas terminamos cediendo el lugar de esas cosas necesarias para cargar con cosas que no son útiles.
El camino nunca es fácil el asfalto que irradia calor como una de las mejores estufas, las piedras que entorpecen nuestro caminar en la tierra, las subidas y las bajadas. Pero el secreto está en nunca rendirse y siempre estar dispuesto a ver la belleza del lugar. Si en la vida vamos viendo los defectos de los otros o los nuestros mismos, jamás vamos a conseguir nada. Ojo no hablo de no querer solucionar esos defectos que nosotros tenemos. Al revés debemos aprender de ellos como esa primera vez que por el entusiasmo caminamos bajo el sol del medio día sin protección alguna y terminamos insolados sin poder avanzar. En la segunda salida ya sabemos que es mejor tomarse un tiempo para descansar y cuidarnos del sol que volver a insolarnos y al final perder más tiempo.
En fin todavía no sé muy bien que me impulsa cargar la mochila al hombro pero sé muy bien que no es solo por conocer ese mágico lugar que marque como destino. Si no es una cuestión de crecimiento personal.
Caer, levantarse, insistir, nunca darse por vencido, compartir, ayudar, romper los limites, llegar, volver, soñar, disfrutar, conocer, descubrir, enseñar, dejar, crecer, vencer, sentirse libre y mil cosas más se me vienen a la mente cuando pienso y me pregunto porque viajar.