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Autostop Argentina

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martes, 29 de junio de 2010

Un tango en el Tíbet, una despedida en Buenos Aires y un Sueño en Alaska.

Siempre digo que un viaje no comienza cuando uno agarra la mochila ni mucho menos termina cuando la deja en el placar con la promesa de volverla a agarrar pronto.



Son las ocho de la noche y me dirijo al punto de encuentro, donde Juan y Laura nos citaron.
El Centro cultural MU. Hipólito Irigoyen 1440 es el lugar donde los sueños van a volar esta noche y un gran adiós junto a muchos deseos se van a guardar en dos mochilas que muy pronto partirán con rumbo a Alaska.

La escusa perfecta para esta reunión es una obra de arte que se hizo a todo pulmón. Estoy hablando del espectacular libro artesanal Un tango en el Tíbet. Que cuenta las vivencias de Juan y Pablo Olive (un chef rosarino) en un viaje a una región poco inusual. Como es el Tíbet y sus conflictos, la opresión del gobierno chino un duro camino en la ciudad prohibida como antiguamente se llamaba. Durmiendo en monasterios, sufriendo el frio y el hambre.

Ni bien entre al lugar me di cuenta que esto no era una reunión más. Allí estaban los dos vagabundos destilando tranquilidad y humildad junto a una gran cantidad de personas. Una atmosfera especial entre fotos del medio oriente y charlas de todo tipo. Desde dos personas soñando con dejar su profesión (la cual era justamente sistemas y me sentí extremadamente identificado). Hasta gente que se acercaba a Juan para preguntarle que contacto tenía en cierta provincia. Autostop también estaba presente junto a Carlos que si bien hace no mucho público en el forro su despedida. Creo que siempre va a ser un pulgar levantado en la banquina y sus historias hicieron abrir los ojos a más de uno que estaba escuchando. Un gran ejemplo a seguir. Un hombre divorciado, con hijos que se animo a ponerse las alas y volar con la mochila al hombro, rompiendo todo tabú acerca de que con chicos no se puede o que se necesita mucha plata para disfrutar de los rincones más mágicos del país.

De pronto las luces se apagaron y las fotos iluminaron la pantalla blanca y sin gracia que se alzaba en una punta del salón. El viaje comenzó desde Mar del plata y la ruta fue el escenario principal de esta historia.

Junto a los relatos de Juan recorrimos parte de la Argentina y Perú para volver a nuestro bello país donde en Salta toma la palabra Laura para contarnos su historia llena de viajes e ilusiones que pronto se unió a la de Juan para juntos escribir una un solo camino.

Lamentablemente a pedido de la gente del centro cultural debimos dar por concluida la charla por supuesto miles de preguntas quedaron en nuestras mentes, y las ganas de seguir escuchando por supuesto que miles de preguntas quedaron en nuestras mentes y las ganas de seguir escuchando charlando con ellos no se pudo saciar pero el tiempo es tirano y ya era más de media noche Por lo que un abrazo y un deseo cerro este encuentro.

Buenos caminos a estos Viajeros, a estos vagabundos que hicieron del viaje un estilo de vida.

jueves, 17 de junio de 2010

domingo, 13 de junio de 2010

jueves, 10 de junio de 2010

Saber cuándo parar (dedicado a mis viejos).

Hace unos años comencé un estilo de vida envidiado por muchos, criticado por otros. Un estilo de vida que me regalo los mejores momentos, que me genero más de una amistad y por supuesto un compromiso. 
Estoy hablando de vivir para viajar. Viajar para vivir. Así llamo yo a esto y al compromiso de mostrarle al puñado de lectores que sigue mis relatos, lo bello de nuestro país. Todos aquellos rincones mágicos que no se pueden encontrar en una guía turística.
Pero si algo me cuesta es saber cuándo parar. Cuando decir, “no esta vez no viajo”. Pero esta vez es diferente cerca de un fin de semana largo. E decidido quedarme en casa al lado de mi familia.
Pero en particular de dos personas. Dos seres más que importantes que son mi madre y mi padre. Mis queridos Viejos.
Por un lado a mi vieja que el quince de este mes la operan de un tumor de mama. Y al lado de él en su día.
Este finde se lo dedico a ellos que siempre me dieron una mano. Que desde muy chico siempre me apoyaron en mi loco sueño de libertad. Dos personas que siempre me ayudaron a levantarme después de una caída.


Dos luces que siempre guiaron mi camino.