Perderse en
los horizontes infinitos de mar, sentir la suave brisa en el rostro, olvidarte
del peso que llevas en tus hombros recolectado en la semana y despegar tus alas
de libertad… llegamos a Santa Teresita.
La arena en nuestros pies, el sol que curte la piel. Caminamos por la playa
rozando las aguas del mar, dejando que nuestra vista descanse de tanto cemento,
de tanta monotonía, respiramos profundo cargando de aire puro nuestros
pulmones, energía para seguir por los caminos…
Estamos cansados
por el viaje así que nos disponemos a descansar para luego seguir. El camino
del Jaguel es un lugar único a metros de mar. Un bosque con historia que nos
remonta al a fines del siglo XIX, en tiempos ganaderos, el actual Camino del
Jagüel era el sendero que conectaba a los saladeros de General Lavalle y el
Puerto con los campos del sur , el lugar donde hacían la parada previa en la
vertiente natural de agua dulce que brotaba en medio del bosque, donde hoy
funciona el Golf Club Santa Teresita.
Progreso
que por mi parte mucho no me gusta, ya que me gustaría imaginarme a los arrieros y animales que allí calmaban su sed
antes de continuar su peregrinaje. Ver en su estado original ese claro que
tanto andar, el tiempo y las pisadas fue forjando ese sendero.
Me lo imagino como una hermosa reserva, llena
de historias. Cuantos personajes habrán caminado por aquí escapando de los
cuatreros?
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