Subscribe

RSS Feed (xml)

Autostop Argentina

Powered by Blogger

martes, 27 de abril de 2010

Sueños...

Siento que alguien me sacude, y me llama. Intento abrir los ojos y veo a un guarda preguntándome si estoy bien. Un poco desorientado lo miro y le contesto que sí. Pero dónde estoy? Me pregunto. Me pase de mi estación?

Miro alrededor sin comprender lo que mis ojos están viendo este no es el lugar donde yo estaba, reconozco este sitio pero no es el Roca donde viajaba. Meto la mano en el bolsillo del pantalón y algo me llama la atención. Es un boleto del tren patagónico. Observo el lugar y comprendo que estoy en ese tren. Me resulta familiar el lugar.


Hace unos meses atrás leí sobre este tren el lujo de su comedor es lo que justamente tengo frente a mí. Pero yo estaba en el Roca y no se parece nada a esto.

El guarda todavía sigue al lado mío. Mirándome preocupado. Mi cara no debe ser la mejor, miro para todos lados y me vuelve a preguntar si me encuentro bien.

Me levanto y camino hacia la barra. El lugar es cálido, en el centro un brasero esta encendido. Afuera está oscureciendo, pero aun se ven las siluetas de las montañas a lo lejos.

Le pido una cerveza al cantinero mi cara debe ser como si hubiera visto un fantasma porque al entregarme el chopp me pregunto si todo andaba bien. Le conté lo que estaba sucediendo. Le explique que yo viajaba en el Roca no en el Patagónico.

Sorprendido el cantinero me miro y me dijo que seguro fue un sueño por el cansancio y me pregunto qué tren era el Roca y con una sonrisa en la cara le explique que era mi condena de todo los días, que tenía muchos ramales pero yo tomo el que va desde Constitución a Glew o A. Korn .
También le conté que son vagones estaban destruidos y que nunca funcionaba bien.

Con la mirada en un chopp que estaba sirviendo me contesto que más que un sueño lo que tuve fue una pesadilla.

La charla siguió me conto de su vida, su trabajo de la gente que pasa por el tren. Jorge es el nombre del cantinero y lleva varios años sirviendo entre el vaivén del pesado tren.

Pero una voz comencé a escuchar que se acercaba por atrás, es un vendedor ambulante que vende chips de teléfono. Hasta acá no se salvan de los vendedores ambulantes le pregunte a Jorge. Y con el seño fruncido me pregunto de qué hablaba.

De los vendedores le digo mientras me doy vuelta y justo cuando lo escucho más fuerte y siento que me patean los pies.

No era una pesadilla como decía Jorge sino un bello sueño en sobre el Tren Patagónico mientras viajaba en el Roca.

0 comentarios:

Publicar un comentario